La Iglesia Luterana Pan de Vida en Jayaque, celebró el Día de la Madre el pasado fin de semana. Las madrecitas tuvieron un espacio para celebrar y compartir con sus hijos e hijas esta fecha tan significativa en la vida de la mujer. El Evangelio de Mt. 23: 37-39, nos habla del amor de Dios y lo compara con la gallina cuando junta sus pollitos bajo sus alas. La gallina cuando ve amenaza de peligro para sus crias, inmediatente les llama con su cacareo y los esconde bajo sus alas, como su mejor forma de protección. Esto es lo mismo que Dios hace con nosotros en su inmenso amor, único y verdadero. El amor de la madre, en cuanto madre, es perfecto, no tiene límites si escrúpulos. Lo da todo por sus hijos e hijas.
En esta fecha saludamos a la madre con un poema del poeta salvadoreño, Alfredo Espino.
Manos las de mi madre, tan acariciadoras,
¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!
Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.
Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).
Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!
Que el Dios de la vida bendiga a cada una de las madres, que han envejecido abnegadas en el cumplimiento de su rol de madre. Las que han estado en todo momento pendientes de sus hijos e hijas, ya sea cerca o en la distancia, ejerciendo ese amor que traspasa fronteras y dificultades.
FELICIDADES MAMÁ
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